«Ser gemelo suena mágico para muchos, pero en realidad, está lejos de serlo», pensó Asher mientras observaba a su hermano perdiéndose de uno de sus espectáculos favoritos por estar pegado al teléfono.
Ese espectáculo es el danzar de sus padres en la cocina mientras preparan el desayuno. Ni siquiera necesitan música para que entren en sintonía el uno con el otro, es una coreografía que parece que han practicado por años. Y no debería ser sorpresa, sus padres son latinos, llevan el sabor en la sangre y, por otro lado, son un poco mayores de edad a comparación de los padres de sus amigos, tienen años de estar casados; tal vez eso ayuda a que puedan anticipar los ingredientes que uno va a necesitar antes del otro pedirlo, y que el pasar tales ingredientes de manos sea tan armonioso.
Además, los dos hacen entre ellos cinco cosas diferentes al mismo tiempo y se cambian de lugar cada cierto tiempo sin perder el ritmo de lo que la otra persona estaba haciendo, como si se estuvieran comunicando telepáticamente. Y no solo eso. Ver que no pierden tiempo para darse un cariño o rozar sus hombros dentro del caos sincrónico es verdaderamente inspirador.
Axel, su hermano gemelo, siguió leyendo y contestando textos. Para un ojo no entrenado, su rostro neutral no hubiera dado mucha información de lo que estaba pasando, pero su hermano conoce todas sus microexpresiones, que irónicamente son sus mismas microexpresiones.
—¿Todavía estás peleando con Sarah? —le preguntó Asher.
—¡No estamos peleando! —respondió Axel sin quitar sus ojos del teléfono.
—¡Ok! —contestó Asher sarcásticamente mientras Fryma, su madre, llegó con dos platos con Gallo Pinto, huevos y plátanos maduros con queso derretido, —¿A qué hora llegaron anoche? —preguntó ella con una gran sonrisa, —¿La pasaron bien? —
En ese momento su padre, Allan, se sentó también a la mesa con los otros dos platos, listos para comer en familia, como hicieron por años todos los domingos en la mañana antes de que los gemelos se fueran a la universidad.
—Como a las tres de la mañana. —contestó Asher, —y estuvo muy divertido, llegaron casi todos. Solo faltaron como cinco personas. —
—Faltaron más de cinco personas. —respondió Axel sin dejar de ver el teléfono.
—¡Nop! Faltaron Ellen, Boyega, Dimitri, Lou y Karla, —respondió su hermano.
Axel pensó un momento y dijo: —Entonces sí, solo cinco. —
—Esta fiesta ya es tradición, ¿verdad? —preguntó su madre, —¿La van a seguir haciendo todos los años? —
—Es el plan, —contestó Asher, —Ayer hablamos del tema; por ser casi el único momento del año donde todos regresan a Hayvenhurst por las festividades, sería bonito intentar hacerlo todos los años. La fiesta de ayer la estuvimos planeando desde hace tres meses. —
—Lo que no sabemos es cuánto tiempo más podamos seguirla haciendo, —interrumpió Axel, poniendo finalmente el teléfono a un lado, —Ahora que todos están en la universidad es que se puede, pero cuando comencemos a trabajar se va a hacer cada vez más difícil. —
—Aparte de eso, —continuó Asher, —varios de los padres están pensando en mudarse fuera del estado, ya que se están quedando solos ahora que sus hijos se están yendo de casa… como los papás de Sarah. —
Axel se quedó mirando a su hermano con una mirada que acusaba traición, pero en ese preciso momento le entró una llamada y, pidiendo disculpas, se fue a la sala a hablar en privado, su plato todavía lleno de comida.
—¿Por eso anda así? —preguntó su madre en silencio.
—No sé. Tal vez. Ayer él y Sarah hablaron por un buen rato solos, yo no sabía que era un secreto. —dijo Asher defendiéndose a sí mismo.
—¡Bueno! —dijo su padre, —dejen que él arregle sus dramas, y si él quiere, nos contará más adelante qué está pasando. —
Ese comentario cerró el tema, y todos siguieron comiendo en silencio.
A Asher no le llama para nada la atención el drama, de hecho no se lo soporta, a diferencia de su hermano, que parece que no puede vivir sin él. Ya sea peleando por jerarquías sociales entre amigos de quien es el alfa del grupo o dramas amorosos, como no poder mantener una relación estable con quien claramente es el amor de su vida. Sí, estamos hablando de Sarah, una relación que tiene años de inestabilidad, y nadie entiende por qué.
El odio al drama no es lo único que diferencia a Asher de Axel, en realidad ellos no pueden ser más diferentes. No solo en cómo se presentan al mundo, que son opuestos extremos, sino también en personalidades. Su hermano Axel tiene el cabello corto, siempre en su lugar, bien rasurado, ropa impecable y de marcas reconocidas.
Asher usa anteojos, tiene el cabello largo, por los hombros y su interés por las marcas, deportes, o temas superficiales como modas y chismes de celebridades, es inexistente. A diferencia de su hermano, que busca siempre llamar la atención y saber el tema de moda para poder conectar con cuánta gente pueda.
Asher, por su parte, prefiere hablar de cosas profundas y filosóficas. Para él no hay nada como pláticas honestas y entrar en discusiones interminables de asuntos fascinantes. Y si sabe que posiblemente no logre encontrar eso, prefiere quedarse en casa en vez de salir. Axel, por el contrario, tiene una gran capacidad para relacionarse con la gente y un superpoder para convencerles a las personas de hacer siempre lo que él quiere, haciéndolos creer que es lo que ellos querían desde el principio.
Asher ama la ciencia y la filosofía; Axel es amante de la historia, las leyes y la literatura. Asher es analítico y empírico, cree que la realidad del mundo es gris, y gracias a su gran conocimiento de la lógica, le es fácil crear una visión del mundo guiada por cuestionamientos y observaciones objetivas, evaluando cada caso por el peso en sí mismo; Axel por su lado es impulsivo y especulativo, a menudo limitando la realidad de su mundo a ideales preestablecidos e incuestionables, y esperando que todos los demás acepten su versión de la realidad.
Asher todavía le tiene fe a la humanidad, Axel en ese lado es medio pesimista, buscando beneficios personales en todas las relaciones que hace. Los 2 son lectores voraces, pero pocas veces comparten libros. Los dos son extremadamente inteligentes para su edad, y, aun así, a veces pelean como niños por cosas tontas.
Por eso en la universidad, si no pones atención, podría pasar desapercibido que Axel y Asher son gemelos, ya que no viven ni en el mismo cuarto ni en el mismo edificio de las residencias universitarias. Sus vidas y amistades en este preciso momento son muy diferentes.
Ahora, esto no debería ser sorpresa, era algo que se veía venir, de pequeños compartieron todo, y a cierto punto llegó a ser demasiado. No solo pasaron cada momento de todos los días juntos en casa, sino que compartieron clases en la escuela todos los años desde el kínder. Aparte, compartieron también clases de música, tutores, escuela dominical y grupo de jóvenes de la iglesia, y los dos fueron parte del equipo de ajedrez en la primaria.
Es finalmente en la secundaria cuando las diferencias empezaron a aparecer y ellos escogieron pasatiempos que los llevaron por lugares distintos. Asher se hizo parte durante toda la secundaria del equipo de debate, compitiendo y ganando el campeonato estatal 2 años consecutivos. Axel, a diferencia, se interesó en los deportes y también llegó a formar parte del liderazgo estudiantil con la intención de hacer cambios y reformas en su escuela, pero estando ahí, también probó por primera vez el dulce sabor del poder, de las conexiones y la popularidad.
Sabiendo esto de Axel, para nadie es sorpresa que a muy temprana edad se le ocurriera que quería ser abogado, con esperanzas de entrar en la política en el futuro y que la mayoría de las decisiones que ha hecho en su vida hayan sido para poder cumplir esa meta. A diferencia de Asher, que no tiene ni la menor idea de qué quiere estudiar.
Asher por su parte, no va a admitir que envidia un poco el hecho de que su hermano esté tan seguro de lo que quiere hacer con su vida desde tan temprana edad. Aun cuando a veces piensa que la razón por la que Axel quiere ser abogado es porque es la profesión que lo va a hacer verse mejor delante de otras personas. La razón pierde peso cuando se vive en una eterna indecisión.
En este momento, Asher está estudiando filosofía junto con las materias generales, y aunque ama la filosofía, teme que no es la profesión prestigiosa que se supone que debería escoger basado en su potencial intelectual. Asher podría hacer con honores la carrera en el área que sea, desde ciencia hasta ingeniería, pero el miedo de escoger la carrera equivocada y de perderse de una mejor opción ya habiendo empezado otra cosa lo han mantenido paralizado por un par de años.
Ahora, no todo es malo. Por supuesto que comparten cosas, es imposible que no, empezando por el amor que le tienen al grupo de compañeros que han compartido desde la primaria de la escuela, su amor por sus padres, su obsesión por películas de terror, su gusto por el anime, hasta sus ideales políticos y morales son muy parecidos… La lista es muy grande. Pero al fin y al cabo, una sobresale entre todas ellas: su pasión por crear música. Esto más que otra cosa es lo que mejor les ha servido como puente sano de convivencia hasta el día de hoy.
Su amor por crear música los llevó a empezar un proyecto musical hace años que ha tenido cierto éxito en el ámbito independiente. El proyecto se llama Hayvenhurst, como la ciudad donde crecieron. A este proyecto le han invertido muchísimo tiempo y sudor. No importa qué temporada del año sea, qué actividad haya, qué invitación tengan, todos los domingos se reúnen a producir y grabar música; ya sea en el apartamento de alguno de ellos, o en el estudio de la universidad. Entre semana trabajan por separado, y el domingo traen todas las ideas y las hacen realidad. Cada uno aporta una parte al proyecto que el otro no podría hacer por más que quisiera.
La mente de savante de Asher se encarga del lado técnico de la música, la elaboración virtuosa, los arreglos musicales y la producción total. Y Axel, con su voz de ángel, su habilidad de escribir canciones que son al mismo tiempo pegajosas y profundas, y su carisma; Ha logrado que el proyecto llegue a oídos de muchísima gente, y han obtenido centenares de miles de seguidores en sus redes sociales y eso ha hecho que hayan podido abrir muchos conciertos en la zona de Los Ángeles de bandas muy populares, algo que les ha ayudado a fortalecer la imagen y relevancia como proyecto musical. Muchas de las oportunidades que ellos han recibido llegan solo un par de veces en la vida.
Ahora mismo están trabajando en su segundo álbum que están produciendo por su cuenta, pero que lo estén haciendo por su cuenta no quiere decir que vaya a ser un producto de mala calidad. Sus padres tienen años de apoyarlos incondicionalmente, no solo apoyo moral, sino económico también, ayudándolos a comprar equipo para el estudio de alta calidad, ya sean micrófonos exclusivos, pedales extraños, programas para su computadora o insulación para tratar el garaje acústicamente para poder grabar en un silencio absoluto.
En el momento en que sus padres identificaron lo que apasionaba a sus hijos, se metieron de lleno con ellos. Allan y Fryma han sido realmente parte de todo el proceso. Un proceso que ha requerido sacrificios, mucho trabajo y libertad, pero que ha llevado a los gemelos a vivir experiencias únicas en tan solo 4 años de estar haciendo música semi profesionalmente, experiencias que pocos jóvenes a su edad han tenido el privilegio de vivir.
¿Suena mágico, verdad?
Tal vez ya debatiendo el tema, podríamos decir que hay algo sobrenatural en el modo en el que los gemelos trabajan cada domingo en su música, tal vez es esa misma sincronización que Asher ve en sus padres mientras cocinan. Tal vez por más que los hermanos gemelos luchen por mostrar sus diferencias, son sus similitudes las que resaltan ese entendimiento pleno que brilla cada vez que ellos se reúnen a escribir música, y por más que odien aceptarlo, como gemelos, no pueden evitar tener esa magia.
«La primera magia del amor es nuestra ignorancia de que alguna vez pueda terminar»
—Benjamín Disraeli
PARA LEER EL CAPITULO 2, HAZ CLICK AQUI.